Ya sea porque nuestra pila de libros pendientes se achica, porque es muy grande y no podemos decidir cuál libro tomar en cuanto terminamos el actual, o porque estemos retomando la lectura, es común que en un mundo con más de 130 millones de libros diferentes, sea difícil elegir cuál será el siguiente ejemplar a leer.
Personalmente tengo algunas complicaciones para hacerlo y he terminado por depender de regalos y recomendaciones, así como de la lectura misma. Las reseñas me gustan más para discutir los libros tras leer sus últimas páginas, aunque algunas son tan intrigantes que también me veo obligado a comprar un nuevo libro que alguien reseñó de forma espectacular.
Leer para leer
Leer es mi primera forma de leer más. Cuando en ocasiones lo he dejado por algunas semanas, volver me es difícil: soy distraído y dejar este hábito de forma temporal, enfatiza ese defecto tan mío.
A veces leo cosas que me hacen buscar más de lo mismo. Si es parte de una serie, ¡qué fabuloso, a continuar! De lo contrario busco títulos similares o de la misma pluma para satisfacer esa hambre. En otras ocasiones, quiero algo completamente diferente al libro que estoy por terminar, por lo que elijo otro género de mi lista pendiente. Estos escenarios son, creo, comunes para casi todos.
Lo que disfruto más, son los momentos repentinos de inspiración lectora. Siempre me suceden cuando leo cosas que en nada se relacionan con libros. Por ejemplo, un buen amigo escribe reseñas encantadoras de cine en su sitio Cine Aparte; me sucede desde hace tiempo que al leerlo o discutir cintas con él, me viene un título o autor a la cabeza, que en nada se relaciona con la película en cuestión. Lo leo, para no olvidar.
Regalos para leer
Instrucciones:
- Consigue a dos buenos amigos lectores con quienes algunos gustos coincidan y otros tantos contrasten al punto del desagrado.
- Sean bobos juntos todo el tiempo.
- En el cumpleaños de cada uno de ustedes, hagan un intercambio de libros: a quien celebre una vuelta más alrededor del sol los demás le dan un libro adicional.
- Lee esos libros.
- Busquen excusas para llevar a cabo más intercambios en el año.
- Sean felices juntos.
Alternativa: ignorar esto y simplemente insistir a las personas para que te regalen libros, no ropa ni juguetes.
Recomendaciones, recomendaciones, recomendaciones
Por último, cabe mencionar que soy adicto a que me recomienden libros, y un poco voyeurista (en un momento lo explico). Las más obvias son las que pido. Reddit es una fuente inagotable de personas que quieren compartir sus opiniones. A veces resulta en conflictos entre desconocidos, pero esto también facilita la discusión y las recomendaciones de todo tipo de cosas, entre ellas, libros.
También están las recomendaciones destinadas a llegar a mí. Mis amigos (con quienes participo en intercambios) y yo nos recomendamos libros y películas de manera repentina. A veces despierto y hay un mensaje en mi teléfono esperándome que llegó a las 3:00 am (casi me alcanza despierto) y solo incluye un título, un autor y una orden: «léelo». «Perfecto», pienso. «Va a la lista». Y en esa lista se queda, no olvidado, pero sí esperando. Cuando finalmente leo el texto, respondo al mensaje (casi siempre) agradecido.
Vouyerismo lector
Pero también hay una parte de intromisión, de vouyerismo, en las recomendaciones. En ocasiones, de nuevo en Reddit, no veo aquello que me es sugerido a mí, sino que me paseo de forma anónima y silenciosa por las conversaciones de otros y encuentro belleza pura: alguien pide libros similares a aquel título que yo amo desde hace tanto y alguien más ya le ha respondido hace varias horas.
Aunque no creo en el destino, sé que por algo llegué hasta ahí. Y es que parece que algunas de esas personas mencionan los libros más para mí que para quien preguntó.
Otra confesión: me es imposible no mirar los libros que otros leen en el metro, camión o cualquier otro espacio público. Cuando me es posible, me acerco y les regalo un separador, pero sin importar eso, siempre intento mirar el título y apuntarlo en mi teléfono (mi memoria es mala).
No se debe juzgar a un libro por su portada, pero en ocasiones es imposible no sentir atracción por algunas de ellas y el entusiasmo en aquellos lectores abstraídos, a quienes observo desde el anonimato y en público. Por eso vouyerista, veo la relación de otros libros y otros lectores con cuidado, en silencio, desde cerca y sin ser visto. O eso creo.