¡Uy, qué mello! El terror, el horror, el miedo, los sustos. Son desagradables y a la vez nos reconforta y da curiosidad conocer hasta los detalles más intrincados de historias con dichos elementos. La ficción nos deja enfrentarnos a experiencias peligrosas, morbosas, incluso gustos un tanto culpables, de manera segura. Nadie busca situaciones que pongan en peligro sus vidas solo porque sí y la ficción permite suponer nuestra reacción ante esos escenarios y hasta entretenernos con ello (si tienes ideas sobre ponerte en peligro o hacerte daño, o conoces a alguien que quiera hacerlo puedes hallar ayuda aquí y leer más sobre el tema y la importancia de darle atención aquí).
Debo confesar que el terror no es lo mío. Desde pequeño y por mucho tiempo le huí al género porque no disfrutaba asustarme. Pero desde que empecé a escribir me ha interesado mucho entender los cómos y porqués de muchas estructuras y herramientas narrativas. Por lo tanto me he salido de mi zona de confort de lectura poco a poco. Es una especie de fascinación intelectual, junto a una curiosidad morbosa: cómo causar estas sensaciones de miedo a través de texto y cómo experimentarla. Después de todo el susto sorpresivo (herramienta trillada y mal usada en lo audiovisual) no es algo que pueda usarse de la misma forma en texto.
O quizás solo es que ya superé mis cinco años mentales y no tengo pesadillas tan fácilmente.
Mes(es) de terror
Entre la ubicuidad del Halloween y la belleza de Día de muertos en México, me parece importante escribir sobre el terror, el horror, el miedo y hasta lo grotesco. Usaré mi experiencia personal para acompañar a quienes, como yo hace unos años, no sepan por dónde comenzar, pero tienen curiosidad por comenzar. Y como nos gustan los libritos, aquí van algunos de variedad. Van calados, van garantizados.
- Drácula de Bram Stoker. Un clásico que no tiene pierde. Junto con El vampiro de John William Polidori (lo antecedió) popularizaron la imagen moderna de los vampiros que nos ha dado más de 100 años de ficciones maravillosas. La historia es muy bien conocida por adaptaciones, pero si no te has dado la oportunidad de leer la obra original, te llevarás sorpresas interesantes. La narrativa es muy amena: está escrita como una colección de cartas entre los personajes principales, sus diarios y textos periodísticos (novela epistolar, para quienes disfruten el mame). Desde el primer encuentro con el famoso vampiro hasta su viaje a Inglaterra y los descubrimientos que los demás personajes hacen sobre su naturaleza, todo es una delicia. También te llamará la atención encontrarte con algunos elementos que normalmente no relacionarías con Drácula. La historia del famoso conde aferrado a la vida toca temas de sexualidad, roles de género, así como salud física y mental. Imperdible.
- Distancia de rescate de Samanta Schweblin. Magnífico. Suficiente. Ve a leerlo si quieres sentir miedo y ansiedad ante la incertidumbre. ¿Has tenido un mal presentimiento a pesar de que todo marcha como dicta la rutina? Así se siente leer esta breve novela. El uso de la lengua es admirable y juega con la tensión de una forma que parece sencilla, pero dista de ello. Es sencillo de leer, breve, ágil y te hará sentir temor: gran opción para comenzar.
- Final del juego y Bestiario de Julio Cortázar. Hice trampa al poner dos libros juntos. Hice más trampa porque son dos antologías de cuentos. Rematé al incluir dos que no son primordialmente de terror. Sin embargo son grandes (y breves) libros (más el primero) con historias magníficas. Algunas de ellas como «Casa tomada» y «Las Ménades» pertenecen al género y Cortázar juega con lo desconocido y deja mucho a la imaginación para crear suspenso y miedo. Lo que no se omite importa más que lo dicho. «No se culpe a nadie» y «La continuidad de los parques» son otros cuentos muy famosos que no pertenecen al género, pero usan elementos de horror para contar historias fabulosas. Los cuentos además son buen lugar para empezar a leer en general o de un género específico.
- Cuentos de amor, de locura y de muerte de Horacio Quiroga. Otra colección de cuentos que contiene algunas bellezas de un terror un poco más viejo (ya tiene más de 100 años el librito). Quiroga es importantísimo y si bien se le reconoce, no goza la popularidad que merece. La vida de Quiroga fue trágica y llena de desatinos, pero sus textos son joyas que no puedes perderte. No esperes secuencias de acción ni escenas gráficas, pero lo sutil y en ocasiones lo grotesco, son elementos bien manejados. Dale una oportunidad y si quieres saber por dónde empezar lee «El almohadón de plumas» que recomendamos en el podcast «Libros pa’ la banda» o con «La gallina degollada».
- Aniquilación de Jeff Vandermeer. Tal vez viste la película de Netflix o quizás ignoraste todos los intentos de dicho servicio para que la vieras. Si la viste no te preocupes: si bien es una magnífica adaptación, es muy distinta al original. Vandermeer abrió su trilogía de Southern Reach con esta novela perteneciente a la «ficción extraña». La historia de una misión de exploración en una extraña zona en el mundo en donde pasan cosas extrañas y han desaparecido y sucedido cosas raras e inexplicables con otras expediciones. Es el libro más difícil de leer de la lista, pero si quieres algo actual, diferente al horror tradicional y que te haga experimentar sensaciones peculiares, es la mejor opción.
- Entrevista con el vampiro de Anne Rice. Empezamos con vampiros y terminamos con vampiros. Anne Rice sin duda es la madre de la ficción contemporánea de vampiros (incluso Crepúsculo, le duela a quien le duela). Repopularizó criaturas que ya habían llegado a la parodia, con frescura y sin dejar de lado el folclor clásico, el erotismo y los pesares. Después de todo en Drácula nunca vemos el punto de vista del vampiro, mientras que en la entrevista conocemos los miedos, sufrimientos, dolores, sorpresas y fallas de un joven recientemente condenado a la eternidad. No solo eso, le hace lo mismo a alguien más en un equivocado acto de misericordia y de peor forma. El ritmo de la novela es ágil y el viaje a través de años y países que hace el protagonista (Louis) junto a su creador, Lestat, es magnífico. Y claro, el final deja preguntas para generar interés en los demás libros de la serie.
El bello terror
Leer historias de terror y horror (para que no me regañen los exquisitos) es una forma de acercarnos a una parte esencial de la experiencia humana. Son tan necesarias como las demás que expresan algo de lo que nos hace humanos como el amor, el erotismo, el humor o la curiosidad. Evolutivamente el miedo cumple una función protectora ante posibles amenazas. Y así como nuestras culturas y referentes, el género mismo ha ido cambiando con el tiempo. No es lo mismo el horror de finales del siglo XIX que las historias que nos asustan hoy en día. Tanto temas como formas varían según épocas y tiempos.
Y sobre por qué no incluí a Stephen King: porque aunque disfruto algunas de sus historias, no es tan bueno y seguramente lo pensaste sin mi ayuda. Sea lo que sea, comienza a leer cosas nuevas y disfruta de la variedad y diversidad que hay en las ficciones que nos contamos. Felices sustos.