Desde 2018 decidí salir de mi zona de confort lectora (les prometo que esto tiene que ver con mi lectura de Kawabata). Esto implica leer aquellos libros que me interesen, sí, pero para los que necesito esforzarme un poco más por hallar. Quise hacer esto por una simple razón: debido a mercadotecnia, a la cultura en la que existo y a mis intereses, si no me esfuerzo, la mayoría de recomendaciones que recibiría serían:
- Escritas por hombres blancos heterosexuales.
- Provenientes de occidente (EUA, Inglaterra, España e Hispanoamérica).
- Creadas en ciudades.
- Pertenecientes en su mayoría a géneros especulativos.
- Novelas.
- Originales en inglés o español.
- De los últimos 20 años.
¿Hay algo de malo con ello? Nada en absoluto y he hallado novelas y cuentos que amo, así como otros que… no tanto, en esas categorías. No obstante, hay muchísimo más que leer, amar, gozar, odiar y sufrir más allá de esos criterios. Decidí que no dejaré de leer esos libros, pero quiero encontrarme con historias, estructuras narrativas, culturas, símbolos, etc., que van más allá de lo que conozco o siquiera he imaginado.
Así es que he empezado a leer un poco más de poesía y cuentos. He empezado a leer obras escritas por mujeres, por personas no heterosexuales, creadas en contextos no citadinos, y provenientes de países que no había leído antes.
Así encontré a Yasunari Kawabata. Japonés. Ganador del premio Nobel de literatura de 1968. En cuanto vi el título de la novela «Lo bello y lo triste» me enamoré: la sensación que tan solo el título provocó me hizo leerlo.
La novela es breve y conmovedora. La distancia cultural, temporal y la traducción, sin duda hacen de mi experiencia una que además de subjetiva, tiene muchos sesgos. No obstante disfruté, y al mismo tiempo padecí, leer a Kawabata.
¿De qué va «Lo bello y lo triste»?
La novela es breve y con pocas palabras aborda muchos temas: amor, venganza, obsesión, indiferencia, identidad, crisis personal, familia, honor, respeto y algunos más.
La trama la detona el reencuentro de un escritor (Toshio), casado y con dos hijos, con una exitosa y famosa pintora (Otoko) quien fue su amante en el pasado. Ella vive casi recluida en un templo con su aprendiz (Keiko): una joven cuyo carácter contrasta con el de su mentora y amante, pues es impulsiva y pasional. La novela que le dio reconocimiento a Toshio se basa en su romance con Otoko.
Todo se desenvuelve alrededor de los celos que siente la joven, detonados por el reencuentro de los personajes principales. A eso se suma el enojo y frustración, que se tornan en odio dentro de la joven, debido a lo que el hombre le hizo a su amada en el pasado.
A lo largo de la novela las relaciones de cada protagonista con sus respectivas parejas, así como la del hombre con la jovencita que parece coquetearle, dejan ver mucho más que erotismo o amor. Son vehículos para profundizar en el odio, la venganza y la complejidad de las relaciones humanas, a partir de las deformaciones del amor.
Poco a poco, como una mezcla de un juego de ajedrez y un baile, las vidas de los personajes se transforman con cada interacción. La muchacha coquetea con el antiguo amante de su mentora. Después con su hijo. Keiko le da regalos a Toshio e incluso increpa a Otoko acerca de sus decisiones pasadas y presentes, pues le frustra percibirla como víctima pasiva.
La sutileza brutal de Kawabata
La cultura japonesa tiene, entre otras cosas, como característica la expresión de lo profundo e importante a través de lo sutil. Si bien eso es muy humano, sus formas particulares contrastan mucho con las que acostumbramos ver, oír y usar de este lado del mundo.
Con imágenes tan sencillas como dos personas caminando o el relato de un viaje cotidiano, Kawabata invita a las reflexiones personales sobre la vida propia y el efecto que tenemos en quienes nos rodean. También nos deja ver a través de actitudes acostumbradas por sus personajes, elementos de su cultura y su tiempo. El sexismo es evidente en todo momento. Asimismo cada personaje es una faceta distinta del egoísmo llevado al extremo.
Poco a poco todo converge en un final repentino, inesperado y frustrante. Un final que nos recuerda cómo el odio y el amor suelen entretejerse; cómo el odio salpica hasta a quienes solo son espectadores y les cobra más caro que a quienes lo provocan o lo ejercen.
1 comments On Lo bello y lo triste de Yasunari Kawabata | Reseña
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